domingo, 4 de octubre de 2020

De Ciudades Casas y otras cosas...


De Ciudades Casas y otras cosas…

Mucho se ha escrito sobre la buena relación entre la ciudad y la casa, desde que lo hiciera León Battista Alberti: La ciudad es una casa grande…La casa una Ciudad pequeña. Esto, claro, antes que se dieran el individualismo agresivo y, conceptos como el de intimidad.
Ciudad Casas y plaza
Con la llegada de la industrialización, las ciudades entraron en crisis y se desarrollaron muchas formas e instituciones colectivas y  luego, la realidad metropolitana de hoy, con la irrupción cada vez mayor de infraestructuras para la movilidad y de toda clase de sistemas de transporte, con valores altos de tierra y alta densificación, donde florecen torres de apartamentos anodinos. Todo esto ha hecho “desaparecer” la casa de las ciudades, barrida por los multifamiliares y esto produce indirectamente la aparición de casas en áreas suburbanas, aprovechando tierra de menor costo y bajos impuestos. Se viene dando así una variante diluida de ciudad, dispersa, de baja densidad y en los peores casos con casitas “clonadas” idénticas hasta el agotamiento, además con grandes carencias de equipamientos.

En otras palabras: La ciudad sin casas, produce el suburbio disperso de casas sin ciudad.

La verdad es que mucha población demanda casas y al no encontrar ofertas en las ciudades opta por adquirirlas en áreas cada vez más alejadas, colaborando con el gran territorio “urbanizado” alrededor de las ciudades.
Quienes tienen conciencia ambiental y propician un desarrollo urbano sostenible, han dado por hecho que la ciudad compacta es la única alternativa…Pero no observaron con cuidado el fenómeno de la “otra” ciudad que la compacta indirectamente genera, y hace inoperante el modelo de ciudad compacta.

¿Cómo tener mejores ciudades, sin proscribir en ellas la casa?  ¿Cómo lograr que la “otra” ciudad fragmentada de casitas, adquiera cualidades urbanas?

He allí el gran reto, que ya no lo es sólo para la ciudad norteamericana, europea y del mundo desarrollado, sino que se ha convertido en un reto incluso en un país como el nuestro.

La casa además tiene el derecho a existir…

Ciudades como Medellín o Bogotá por una mala política sobre la tierra y normas de densificación, han propiciado los procesos de sub- urbanización en áreas para una segunda vivienda, que desplazan a ellas población y recursos sin plan ni idea de territorio.
¿Será el momento de implementar una política de áreas urbanas o de “aldeas” estratégicas, verdes sin retórica, vinculadas con vías actuales y trenes de cercanía, o extensiones de los sistemas de transporte masivo existentes? ¿Podrá el ministerio de vivienda además de construir las cien mil casitas sin cuota inicial, trabajar en una política hacia ciudades- región,  organizadas?
De pronto en este milenio veremos mejores ciudades y,  la casa con la ciudad compacta tendrán de nuevo relación armónica.
Toda política alternativa al “Sprawl” urbano Y/o a la ciudad compacta sin casas pero rodeada de suburbios, deberá diferenciarse de las propuestas del “nuevo urbanismo” a lo Duany y Platter-Zyberk, plagadas de arquitecturas tradicionalistas, kitsch y de retórica “verde”.
En el caso de Medellín, tenemos un área de entre 40 y 50 kilómetros alrededor de su área metropolitana en la cual se da el proceso de sub-urbanización sobre la base de una segunda vivienda. E esta área Medellín es un sector de alta densidad y, tenemos una verdadera región transformada en “urbana”, sin un plan explícito, aparentemente  por generación espontánea, y la casa como ideal le han dado alas a este nuevo modo de vida.
Sin tener estudios creíbles sobre Bogotá Cali o Barranquilla, pensamos estar ante un fenómeno que transforma el carácter de nuestras mayores áreas urbanas.
Así como cuidamos nuestras ciudades concentradas, programando rehabilitación de sectores o el rescate de sus espacios públicos deberíamos mirar con más cuidado ”Esa nueva”  ciudad y ese nuevo modo de vida basados  en la Casa.

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