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Plan:b Arquitectos

 ¿Arquitectura neo-vernácula?

Lo vernáculo como modelo para lo nuevo.

Se ha entendido por vernácula, la arquitectura hecha por la gente de una región, o en un momento histórico, a través de saberes empíricos, con la experiencia de muchas generaciones y usando el ensayo y el error (El tanteo). Ella se hace con lo disponible en el entorno inmediato y logra crear un agradable microclima, confort y apariencia agradable.

Cuando es legítima es la expresión de una tradición constructiva viva, hecha por gentes del lugar, con sus propios materiales.

Hace algún tiempo ella se viene tomando como arquitectura “sostenible” y algunos pretenden emularla, aprender de ella pero con procesos de diseño no tradicionales e incorporándole innovaciones y equipamientos actuales. ¿Podríamos llamar esto vernáculo? O, ¿es más bien una forma de manierismo…, o Kitsch?  En el mejor de los casos es un neo-vernáculo que logra tener sentido cuando es honrado con lugar y tradiciones locales.

Por lo que vemos en publicaciones varias, se perfila hace algún tiempo una corriente o tendencia que podemos llamar “primitivista” o neo-vernácula que viene privilegiando el uso de materiales no industriales, maderas procesadas y sin procesar, piedras, ladrillos o bloques de arcilla y cemento combinados con materiales e instalaciones muy sofisticadas.

En general se trata de materiales tradicionales y locales.

Se intenta así responder a los retos del supuesto cambio climático, o al llamado por la sustentabilidad de la arquitectura, tal vez suponiendo que al incentivar el uso de recursos “renovables” y/o del lugar, se logra una  aproximación arquitectónica más amigable con la naturaleza y mayor respeto por sus productos y frutos.

También se piensa que se logra así, y de pronto esto sea lo que tiene mayor peso, un lenguaje que de idea de “lo sustentable” y que recuerda el lenguaje de obras vernáculas verdaderas y de algunas de una “modernidad” muy del lugar. ¿Nos recuerda en algo al llamado “regionalismo crítico?

Tal vez…Pero además, valida un enfoque alternativo al “internacionalismo” moderno y globalizante. Los intentos de resistencia a lo global y/o las combinaciones local-global, pueden ser una opción o vía que de inicio a unas arquitecturas desde las periferias, abriendo caminos inéditos para las tradiciones heredadas de la modernidad.

Existe siempre en esto, el peligro que tienen los caminos sin salida clara: Llegar a un punto muerto. Hasta ahora son sólo tanteos, algunas obras que emplean materiales locales y de la región, más como una opción pragmática que como una búsqueda estética deliberada, pero han logrado poner “de moda” la madera y algunos materiales “rústicos” y alternativos.