El
“populismo” arquitectónico…Made in U.S.A.
Primero aclaro, que lo legítimo popular en arquitectura, que
podría ser una arquitectura vernácula, con identidad cultural, no tiene dudas
para mí y, la inspiración sana en ello, tampoco…
Recordemos que cuando Le Corbusier abandonó el “purismo” de
los años veinte adoptó en varias obras un lenguaje de lo vernáculo, o un
lenguaje “brutalista” que culmina con obras como Ronchamp y Chandigarh. Llegó
incluso a producir arquitecturas monumentales a partir del vernáculo y, siempre
se inspiró en las arquitecturas populares de la cuenca del mediterráneo.
Lo falso popular y el
“populismo” en arquitectura se dan después de la pérdida de identidad cultural
y del intento de “crear” identidad partiendo de un entorno empobrecido o
envilecido por la banalidad y lo ordinario.
Por los años sesenta del siglo veinte, la exagerada
explotación económica, sumada a la reducción en el lenguaje y la abstracción
racional, llevaron a la arquitectura a un empobrecimiento patente también en el
entorno urbano. Es posible que lo que pensaban los críticos de la modernidad en
cuanto a su capacidad destructora, por aplicar planes de “renovación” urbana a
raja tabla, fuera cierto y, que esto diere ínfulas a la por entonces muy
influyente crítica “posmoderna”, llena de argumentos contextualistas.
Para 1966, ya teníamos el texto de Robert Venturi
“Complejidad y contradicción”, que con el de 1972, “Aprendiendo de Las Vegas”,
sustentaron las bases de una opción “Pop”, sobre arquitectura.
Estas ideas daban alas a unos entornos urbanos de calidad
muy discutible y hacían tolerable el kitsch de baratijas de Las Vegas. Confieso
que por la época, algunos tuvimos la tentación de tragarnos el anzuelo de las
arquitecturas mal llamadas “Pop”, que más parecían el tinglado de una película
de bajo costo de Hollywood, que otra cosa…Pero bueno, el culto a lo ordinario y
lo feo era además una consecuencia de una arquitectura regida por “las leyes”
del mercado.
El implacable impulso económico daba para eso y más, sobre
todo en los Estados Unidos. El Neón, los avisos, los cobertizos o galpones
decorados…Los populistas nos vendían Las Vegas como el estallido de la
creatividad popular y enmascaraban con eso la violencia de capitales ilegales y
su producto carente de ideas, creatividad e innovación sobre el entorno
construido.
De acá nos vino una arquitectura populista y banal con todos
los Venturi, el Charles Moore, los Jencks y su “invención” de un lenguaje
posmoderno…
Lo posmoderno como un “arte populista”, comunicable, pluralista,
que logró fue llevárnos al Kitsch suburbano… ¿Qué tal la arquitectura del mal
alumno de Mies, un tal Stanley Tigerman?
Ese populismo norte americano, ecléctico y que parodiaba
todo lo que se le atravesara, como hacían Venturi y su Denise, logró que hasta
Jencks, lo llamara “patetismo vulgar”.
Las Vegas. Archivo Venturi. |
En el fondo ellos nos dejaron sólo escenografías bastante
vulgares, como las de Moore en Nueva Orleáns, (Plaza Italia…). Acá se incubaron
todos los Frank Gehry del planeta y, a eso se opusieron desde el principio
todos los “Neo-racionalistas” del mundo…incluyendo la llamada “Tendenza”
italiana, pero eso daría para otro texto…
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