“TENDENZA”
Aldo Rossi Teatro flotante Venecia. |
Desde los años sesentas del siglo xx, florecía en el Ticino,
región suiza italo-parlante, una escuela racionalista con representantes como
Aurelio Galfetti y luego el muy conocido, pero no el mejor, Mario Botta. Desde
antes de la 2ª guerra, la arquitectura del Ticino se relacionaba con los
racionalistas italianos.
Volviendo a la
Tendenza , de los primeros en darse a conocer fue Vittorio Gregotti, con su texto “El
Territorio de la
Arquitectura ” de 1966. También Manfredo Tafuri y Franco
Purini.
Pero bueno, lo importante acá además de su fuerte oposición
al reino del Kitsch del “populismo”, (La Tendenza intentó librar a la arquitectura y la Ciudad , precisamente de las
fuerzas consumistas de las metrópolis del capitalismo tardío), fue su apuesta
por una Arquitectura y urbanística más científicas…
Dos de sus máximos representantes fueron Aldo Rossi
(Arquitectura de la Ciudad ,
1966) y, Giorgio Grassi (La Construcción
Lógica de la
Arquitectura , 1967).
Los tipos arquitectónicos y su configuración de la morfología
urbana en el tiempo, en conjunto con las reglas para combinar (¿O, diseñar?),
en Arquitectura fueron sus temas.
Trataron algo que todavía hoy muchos defienden: La autonomía
relativa de la forma arquitectónica con respecto a la función, llegando esto en
manos de los Krier a invertir el aforismo sobre forma y función: La función
sigue a la forma, asunto que mal manejado causó muchos malos e inútiles proyectos en todo el mundo.
Dentro de la Tendenza
Rossi apoyó la idea de arquitectura “analógica”, extrayendo
elementos de lo vernáculo.
La rigidez de su enfoque agotó pronto a la Tendenza y la llevó, con
el neo-racionalismo al abuso de estereotipos, que después de los años 80 `s se
tornaron en clisés y en una teoría débil. Los hermanos Krier, la cargaron de
contextualismo e historicismo hasta confundirla con el posmoderno historicista
que defendían Leo Krier y Osvaldo Matías Unger, entre otros.
El enfoque marxista de la “Tendenza”, además de atacar el
reino del consumo en la metrópoli, aportó como vimos su enfoque “científico”,
que reiteramos, por lo esquemático de sus proyectos y la reiteración cansona
del binomio tipo-morfología del tejido urbano terminó también agotado.
Otra oportunidad perdida en arquitectura de consolidar
principios y teoría, aproximándose a las ciencias.
Escribiendo esto recordé todo el esfuerzo que hicimos en los
talleres de proyectos y en cursos de teoría e historia de la Arquitectura , tanto
en la facultad de arquitectura de la universidad nacional en Medellín, como en
la de la U.P .B.,
para asimilar y aplicar las ideas de la “Tendenza”, que eran una opción, ante
el fracaso de la urbanística funcionalista, entre otras de la carta de Atenas
y, reincorporar al urbanismo la
inquietud sobre la ciudad existente…y la debida atención a las “preexistencias
ambientales”…
Como ya dije, la limitación de este enfoque, ante las tareas
proyectuales, se tornó un lastre, que para los años ochentas, hizo enfriar el
entusiasmo por las ideas de la
Tendenza.
A cambio se fue imponiendo una idea de arquitectura como
arte, producto de la invención individual y –anti-tipológico-…que luego
degeneró en el actual “todo vale”.
¿Será que podremos retomar la tarea de consolidar
Arquitectura y urbanística como Ciencias? Recordemos que ella es Ciencia y
Arte…
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