domingo, 4 de octubre de 2020

Espacio urbano del río Medellín. ¿Central Park y nuevo centro metropolitano?


Puente de Guayaquil.
Algunas inquietudes.

¿Qué entendemos hoy en Colombia por espacio urbano?
Es común entender como tal  los ámbitos  “no construidos”, los espacios entre edificios, bloques y manzanas. 
El urbano es un sistema de espacios que en algunas culturas se delimita entre público, privado y sus matices y, que en el caso de lo público, está ligado a edificios de tal carácter y/o monumentos.
Pero al recorrer nuestras ciudades, nos encontramos con que lo no construido en ellas, es  o tiende a ser, un espacio para la movilidad casi en su totalidad. 
Si bien es cierto, que algunas ciudades han hecho gran inversión en plazas, plazoletas y parques en los cuales la movilidad del transporte no opera, por descuido de ellos, tales espacios en buena medida están invadidos por toda clase de vendedores y objetos, que dificultan su uso y disfrute.
 (¿Muestra de la dura realidad social?).
 Parece que existiera una ley tácita en nuestras ciudades donde se indicara que todo lo que tenga una mínima cubierta, se utilizará para dormitorio de habitantes de la calle y  que la  vía que no sea vehicular, será invadida por toda clase de vendedores.
Si miramos la connotación de espacio urbano, como espacio “social”, con implicación en instituciones de tal tipo, dejamos de lado aún sin querer,  su connotación física y, viceversa.
 Esta visión unidimensional, afecta por supuesto el artefacto urbano.
Pero, entender la ciudad como artefacto, es entender bien su dimensión física, que tal dimensión cuenta y, que ella se hace y se hace bien para cumplir un buen propósito…
Así el espacio urbano viene a ser producto de la acción en el ámbito público, con leyes similares a las naturales.
El espacio urbano goza de una relativa autonomía, por la cual variables como la función sólo le condiciona, no son determinantes de su forma. 
Él a su vez, posibilita en su interior formas y superficies sin llegar a ser un “contenedor” indiferente.
Parte del espacio urbano, que se dedica a la vivienda social es definitivo en toda ciudad, aunque siempre miremos con mayor cuidado el espacio urbano del ámbito público.
En los últimos años nuestras ciudades han privatizado, a mi juicio más de lo debido el espacio urbano.
 En el caso de lo residencial, nos llenamos de conjuntos y unidades cerradas más parecidas a guetos de estratos de ingresos medios y altos, con espacios públicos muy tímidos en nuestros centros tradicionales
. Algunos como el conjunto de espacios cerca al edificio de Empresas Públicas en Medellín, son espacios controlados de tal modo, que se asimilan más  a espacios privados. 
También hemos arruinado otros, como el parque de Berrío que hoy es una estación del metro y su antesala.
“Rescatar”, recuperar y reforzar nuestros centros tradicionales, ha sido algo periódico y también tímido, olvidándose rápidamente ante el interés por privilegiar la inversión, en distritos de “alta rentabilidad” inmobiliaria, como el Poblado en Medellín.
 Aunque se han hecho grandes esfuerzos e inversiones en transporte público, nuestras ciudades se ahogan hoy ante la avalancha de carros y motos que contaminan e inundan todo espacio disponible.
 ¿Necesitamos más parques, más plazas y plazoletas, más calles peatonales?
Tal vez...
Pero volvamos al tema del título, de este corto ensayo, volvamos al espacio del Río Aburrá o Medellín.
Siempre he dado por válida la intención de dotar a la ciudad con una gran área de parque, al menos en parte del corredor del río Medellín. 
Como se decía en otros tiempos,  esto es “pensar en grande”, ¡pero cuidado!, pensar en grande puede ser equivocarse en grande…
 El parque del río es una aspiración válida y, más con el incremento día a día de congestión y contaminación a lo largo de tal “corredor”. 
Puede ser que en sus tramos menos centrales, no se requieran túneles sino adecuar las vías, como tocará hacerlo con casi todo el trazado del metro, para conciliarlo con el parque. (Soterrar, desviar y conducir parte del tráfico hacia otras vías).
 Es aceptable que en su tramo “central”, entre la quebrada la iguana y el puente de Guayaquil, la solución sean los túneles y de paso, con toda la técnica y el arte, poder conquistar el subsuelo.
 Sólo los espacios urbanos, como obras de la tecnología y el arte al tiempo, como ingeniería y arquitectura, serán válidos en la ciudad de hoy y de mañana.
La conquista del subsuelo bien concebida, permitirá a la ciudad, liberar los espacios actuales de gran parte de su carga de transporte privado y podría crear espacios urbanos complementarios, aunque se tenga que pagar peaje en los nuevos sistemas viales.
 A propósito si eso ocurre deberán garantizase vías alternas libres de pago.

¿Podremos soñar con un espacio urbano similar a un gran parque, verdadero “Central Park”, con viviendas, trabajo y educación cerca de él?

El espacio urbano del río, espacio de encuentro y de la nueva centralidad metropolitana bien merece todo el cuidado como artefacto que se hace bien. Hacerlo bien sería dotarle de suficiente calidad ambiental y urbana, garantizando la libre accesibilidad peatonal y vehicular, sin olvidar allí el transporte público.

Tomar el primer tramo como piloto, le permitirá a la ciudad corregir, antes de continuar el parque lineal pensado a lo largo del río hacia norte y sur…El primer riesgo de este “Híper –mega” proyecto es su gran escala, por lo tanto evaluar con cuidado su primera fase, antes de extender el proyecto es una prioridad.






Sistema Metro ocupando ronda del río.


Pero bien, dando como un hecho el parque del río en su primera fase, quedan muchas preguntas:

1-¿Cómo integrar el centro tradicional, hoy deteriorado e inseguro a la nueva centralidad metropolitana, sin acabar de estancarle?.. 2-  ¿Cómo aprovechar mejor el llamado bypass del metro para reforzar esa nueva centralidad del río, con nuevas estaciones, por ejemplo en la calle Colombia y/o en la Universidad Nacional?... 3- ¿Será posible a futuro desviar en parte el tráfico automotor hacia áreas del oriente y occidente articulando al sistema de trocales nacionales sin pasar por Medellín?... 4- ¿Será que debemos pensar mejor un sistema de trenes de cercanía y tranvías en vez de tantos autos y motos?

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