Copiar...Clonar...¿ Fusilar?. Hace unos años el peor "pecado" de un estudiante de arquitectura era fusilar o copiar de modo descarado, a mansalva y con alevosía, un proyecto arquitectónico de otro arquitecto. Y aún peor, era hacerlo del proyecto de uno de los "maestros", digamos Le Corbusier, Mies, Wright o Aalto. Quien se atrevía a tanto, era sometido al escarnio público...y perdía el trabajo (Lo rajaban, secillamente.) . En casos extremos que eran frecuentes, lo expulsaban por plagio. La "creatividad", originalidad y el sentido de autoría eran fuertes y se consideraban valores dignos de alcanzar y respetar. Lo que era válido , era seguir una corriente , tendencia o escuela, conociendo bien sus principios, asimilándoles, y aplicándolos a la obra propia. La originalidad e idividualidad del proyecto seguía paramétros idealistas y/o románticos, apoyados en una modernidad "heroica", totalmente triunfal y arrolladora. Por otro lado, el paradigma Albertiano, del arquitecto como intelectual, autor y separado de los gremios, le tornaba un "artista" independiente, valorado y con una obra propia, desde los inicios del Renacimiento. En su Re Aedificatoria, Alberti propuso que el arquitecto diseñara en lugar de construir. Así, él era autor de arquetipos dibujados. La construcciòn, sin embargo siguiò siendo el meollo del "arte de construir". A partir del siglo XIX, esta autoría quedaba constando en el marco legal dominante que regulaba la profesión de arquitecto. Las contribuciones colectivas del universo de la tecnología, demolían tal paradigma. Con el "posmo" entramos en cambio en una cultura de la mímesis, del facsímil, y de la copia, hasta llegar a la clonación de obras completas. Todavía copiar tiene muy mala prensa, aunque la copia hoy es casi sistemática. Algunos colegas se" inspiran",en las obras de otros y "recrean" en sus proyectos, ideas y formas tomadas de otros y de otras épocas.( Algunas obras de Salmona eran claramente recreaciones de obras de Hans Scharoun, de Wright, o del palacio de Carlos V en la Alhambra.) La copia, si no lleva lleva falsedad, si formula interpretaciones nuevas de lo auténtico, o, si es una clonación que se ciñe literalmente al modelo, es bastante bien aceptada. ¿Estamos ante una cultura nueva de la copia, casi fetichista?. Tal vez el caso más notorio de clonación sea el del Pabellón de Barcelona, de Mies, que asume casi el valor de un original, aunque lleno de imprecisiones, pero que ofrece una experiencia estética legítima. En el territorio de "lo patrimonial": Restaraciones, rehabilitaciones, mantenimientos, se dan a veces "neo-monumentos" que a guisa de historia escenificada, se venden como producto legítimo al turista. Una reconstrucción historicista es por supuesto un clon. Se ha dado tanto a la escala del edificio, como a la de sector y de ciudad entera, como Carcasone y, muchas otras en Europa. En nuestro caso ¿ No es Cartagena en su área amurallada, un caso de clonación, siguiendo el modelo conservado en planos antiguos?. . Clones son tambièn los gemelos: Como las iglesias pares de la piazza dei poppolo, en Roma, las demolidas "Twins" de Nueva York, las torres Petronas de Pelli, las de Madrid, las del centro Simòn Bolivar en Caracas... Como vemos clones gemelos han sido un recurso bastante usado y esteticamente potente. Algo más "perverso" son las "RECREACIONES" falsas, con distorsiones de escala y sin respeto por el contexto, época o la materialidad, como las realizadas en Las Vegas, ciudad luminosa, sede del juego, hedonista y mafiosa, absoluta reina del kistch posmoderno. Su esplendor está basado en la corrupción, el blanqueo de dinero y otros bienes, la extorsión y los vicios. Esta "sin city", Sodoma y Gomorra de nuestra época, con sus "pecados mortales" arquitectónicos, casi siempre producto de clonaciones distorsionadas y del saqueo inmisericorde, de la historia. Con impunidad y todo el presupesto para hacerlo por "Lo alto". Ella nos atrae sin embargo, como nos atrae el peligro, lo pecaminoso , el sexo y el dinero... Com dijo algún amigo, la copia es válida si además se mata al autor de la obra copiada.