domingo, 4 de octubre de 2020

VIGENCIA DE LOS CONGRESOS Y BIENALES.-



Al menos en Arquitectura, han servido para debatir, intercambiar ideas y mostrar proyectos y algunas “figuras emergentes”.

Las sociedades de arquitectos y agremiaciones, los representantes de la “academia” y los prospectos de arquitecto, en furioso ascenso, asisten a ellos, en uno de los rituales para lucirse mas propicios  para los jóvenes con poco, o ningún mérito y, muchas ganas de sobresalir y, para consagrados de vieja data en vías de retiro disimulado.                                                         

Pero bueno, esto ni es nuevo, ni dejará de hacerse: Es uno de los mecanismos de validación y de los más efectivos con que cuenta la disciplina, por medio del cual se hacen eventos sociales, notas de prensa, memorias y reseñas que venden revistas, se lanzan “corrientes” o tendencias y se consagran a veces obras y autores que lo merecen.
Lo frecuente es que se consagre la mediocridad bien apadrinada y/o bien publicitada.

Estas han sido y, pienso seguirán siendo las reglas del juego, en una disciplina cada vez mas asediada por el fenómeno mediático, para bien o para mal.

En esta bienal iberoamericana reunida en Medellín, también se ha celebrado y destacado el papel de los “mecenas”, específicamente del sector público, como es el caso de la administración del área metropolitana de la ciudad sede, en nombre del entonces alcalde Sergio Fajardo. En esto ha sido muy didáctica la experiencia reciente de Barcelona, que comparte con Medellín l a dudosa idea del proyecto de ciudad y del proyecto urbano, como factores y “detonantes” de procesos de mejoramiento en sectores con problemas variados. Sabemos que eso no es siquiera discutible y, que con Arquitectura, por más que ella sea participativa y en verdad buena, no se logra la mejora de problemas como los originados por el narcotráfico, con todas sus secuelas.

Queda para la historia de la arquitectura colombiana, el hecho de que varias obras y proyectos (Algunos sobresalientes), como frutos del poder económico, con origen por demás oscuro, estén mostrándose y, logrando imponer la sede de la bienal para su ciudad “capital”.

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