domingo, 4 de octubre de 2020

Villa Malaparte.- Símbolo de Capri.


Villa Malaparte.-  Símbolo de Capri...

VISTA DESDE EL NORTE
VISTA DESDE SUROESTE
En cabo Masullo, al este de la isla de Capri y con vista al golfo de Salerno se construyó desde 1940 esta Villa-Símbolo, producto del debate y desacuerdos entre su arquitecto Adalberto Libera, muy reconocido proyectista- diseñador y su dueño, el poeta Curcio Malaparte. (Karl Erich Suckert, era su verdadero nombre, pero adoptó el apellido materno). Como resultado de esta relación conflictiva cliente-arquitecto, la casa agrega a su interés, un aire de maledicencia y misterio. Malaparte se siente dueño- creador y llegó a decir que  él se construyó con la casa. Le decía Kassematte (Bunker) o casamata. Libera por su parte no necesita de esta casa para ser reconocido como grande.

La casa fue casi destruida, por el abandono, saqueos y vandalismo a la muerte del dueño y, sólo a partir de los años ochentas, se dio inicio a su restauración, la cual terminó en 1990. La maneja hoy la fundación Ronchi.

Hay mucha anécdota sobre la casa, pero el hecho es que es hoy una de las atracciones de Capri y de Italia.

DIBUJO
Se adentra en el mar sobre una gigantesca roca. Por hacerlo,  sacrifica comodidad y se encumbra  como un templo antiguo que busca el mar y el infinito: Es como su dueño, una villa oceánica. Malaparte decía: Una casa como yo.
Malaparte pensaba al respecto, que ser oceánico era “Abstraerse de todo, no cuidarse de nada, no tener prejuicios, vivir globalmente, sin preocupaciones mezquinas en la contemplación fatalista e islámica del infinito…vivir en contacto con el infinito: Esto significa ser oceánico”. Él era del ámbito surrealista original y del grupo “metafísico” italiano (De chirico, Savinio)
Adalberto Libera no era cualquier arquitecto moderno racionalista Fue miembro del grupo7, y autor entre otras obras del “Palazzo dei congressi” y varios pabellones italianos en exposiciones universales. Era pienso, alguien que  entendía su tarea como decantación de la herencia clásica italiana. Su obra da fe de esto.
El resultado de Libera –Malaparte, es esta villa excepcional y atemporal color rojo pompeyano, casi escultórica y con fuertes raíces populares. Es además una villa mediterránea: Desnuda de inútiles atributos, su aparición resalta como la arquitectura griega, contra el paisaje, le hace contraste.

 Villa -acorazado encumbrada o encallada en el arrecife, “mistérica” como las deidades griegas, se destaca contra el mar bajo la luz. Se llega  a ella con sacrificio, a pie por un tortuoso camino excavado en la roca. Casi al llegar, encontramos la enorme escalinata que se debe ascender para llegar a la cubierta y desde allí, contemplar un paisaje sublime.
En la techumbre gran solarium- mirador, sólo hay un muro curvo sin pasamanos.

¿Villa o templo para que moren los dioses oceánicos? ¿Morada para gente capaz de soportar el infinito y lo sublime de un modo cotidiano? ¿Dispositivo de recuperación de la tradición mediterránea?
PLANTAS-FACHADAS Y SECCIONES

Como sea, desde su construcción ha sido la Villa- Símbolo, ícono del mar y de los acantilados.


                                                                                                      

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