domingo, 4 de octubre de 2020

Historicismo

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Historicismo.-
Decía Nicolás Pevsner, historiógrafo cualificado del movimiento moderno  en su texto que “Historicismo es creer en el poder de la historia hasta el punto de admitir que las acciones originales se eliminan al sustituirse por las que se inspiran en los períodos precedentes”.
El historicismo ha tenido variados significados, desde la visión de quienes le apoyan, como Karl Mannheim o de quienes le condenan como Karl Popper.
Para muchos, aún estando en su contra o a su favor hay coincidencia al sostener que el historicismo da apoyo  al relativismo ético por aseverar que hay  un “espíritu” que en cada época se expresa diferente. (Esto va en contra del  absolutismo ético, religioso, cultural).
Para Pevsner el historicismo es totalmente negativo al dejarse influir sus seguidores, por estilos del pasado. El arquitecto, pensaba, debe interpretar y representar su época. Para él estaba clero que el “Zeitgeist” debía ser expresado de un modo claro y uniforme e incluso totalmente en todas las manifestaciones de la época.
Apegarse al pasado ha sido siempre una actitud que busca la seguridad de lo conocido, es bastante conservadora:”Mejor malo conocido que bueno por conocer”, dice el viejo adagio.
También condenaba Pevsner a quienes se inspiraban en períodos anteriores de la misma modernidad, o el inspirarse en algo, condenaba toda clase de mímesis y/o manierismo sobre arquitecturas del día de ayer, eran objeto de su condena.
Con Pevsner  estamos ante  la invitación a seguir un proceso constante de innovación y a rechazar lo hecho en el pasado. Claro que esto era exagerar demasiado, se trataba de prohibir toda expectativa o supuesto cultural, todo retorno al origen.
Las otras acepciones de historicismo, las de Mannheim y Popper, son diferentes. Popper  pensaba que historicismo también era creer que existen “fuerzas” ocultas que impulsan hacia el futuro. Para Popper: “Historicismo  es  la visión de la historia de la humanidad, como tramada, y que si logramos desentrañar esa trama, tendremos en las manos  la clave del futuro” (1).Pensamos que si la arquitectura opera como fuerza a favor de la sociedad, será lo suficientemente seria, como para seguir estilos o caprichos de la moda.
1.      Conjetures and Refutations, the growht  of scientific knowledge, 1963 P.97.

¿Se debe colocar el espíritu de la época en el pueblo o en las élites?
El espíritu de la época se ha supuesto ubicado, según la ideología de quien lo estudia: Los |populistas piensan que sus principios que  evitan las imitaciones y la decadencia, vienen de la conciencia popular o el instinto (Del Folk). Toda renovación es consecuencia, según ellos de algo que ha ocurrido en las masas, no en la élite.
Por su parte los conservadores anglos,  lo ubican en la “gentry” (Nobleza, clases dominantes), quienes por lo general han patrocinado un “clasicismo educado”, con vista a la conservación de los “valores” históricos probados.
Pero, la gran mayoría le ha  atribuido la vanguardia o liderazgo del “espíritu” de la época a la burguesía, hasta que en el siglo XIX, ella  abanderó el eclecticismo historicista.
Para la tradición hegeliana, siempre estuvo claro que el zeitgeist,  residía en el folk, su depositario. Lo mismo pensaba el Werkbund alemán, que intentó unir tradición popular y estilo, cuidar y proteger las tradiciones populares…
Por su parte la tradición de “connoseurs y dilettanti  fundamentada en el conocimiento y apreciación  de las obras (Tradición del gusto o del buen gusto) fue un fenómeno extendido en toda Europa, hasta el siglo XVIII. Ellos eran “amateurs” de talento autoproclamados como árbitros, y líderes de la cultura y el arte. A esta tradición se debe el renacimiento de los siglos XIV y XV y, luego  la confusión de valores que aparece después del siglo XVI.
Pero volviendo al historicismo, la mejor forma de superarlo, es insertando la arquitectura en la historia de la cultura. Para hacerlo deben tomarse como base las distintas culturas urbanas y la historia como referente, pero con la certeza de su relatividad.
Ahora reconozco como clave, la reflexión de Ernesto Nathan Rogers, sobre el concepto de tradición y su indagación sobre las dicotomías continuidad-crisis, permanencia –cambio. Esto era recuperar la historia y la tradición  sin ir hacia el formalismo vacío, que no tiene relación con contenido,  sociedad e historia. Esto es  en síntesis conciliar lo moderno y lo antiguo como acto profundo de cultura

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