Posmoderno- ¿Pensamiento reaccionario?
El desplazamiento de la posmodernidad”
Revisando la publicación “El devenir de la crítica” de Gillo Dorfles (1.980), nos vino a la memoria su preocupación legítima sobre el desarrollo del arte en su forma de “vanguardia”. Para él lo posmoderno conlleva la voluntad aunque difusa, de liquidar la vanguardia.
Lo burgués nostálgico está en el trasfondo de lo posmoderno, pero también está allí lo reaccionario: aquello que está en contra del progreso y de lo nuevo, o que lo niega y, contra la modernidad; Aquello que critica la razón, la ilustración y echa de menos el pasado y el orden.
Se trata por lo común de un pensamiento antidemocrático que atribuye el devenir histórico a la divina providencia.
También son posmodernos los defensores del status quo y los opositores a todo orden o manifestación de lo nuevo. Los que añoran lo inactual…Lo anterior ha llevado a algunos a pensar que el término reaccionario perdió terreno, ganándolo paulatinamente el de posmoderno.
Lyotard intentó sustentar lo posmoderno como “Cosa moderna”, pero Jurgen Habermas, quien defendió el proyecto moderno (La modernidad, un proyecto incompleto, de 1981), sostiene que la posmodernidad es un proyecto pura y exclusivamente reaccionario.
Es claro que grandes relatos como “progreso”, “rescate del proletariado,” y las grandes narraciones metafísicas, de la razón, la ilustración, han terminado.
En cuanto a arquitectura y ciudad, el problema “moderno” de lo metropolitano es hoy central. Esta época sigue siendo moderna…
Lo posmoderno en arquitectura se trata de una especie de populismo estético, de kitsch, o de “la felicidad propia del hombrecito medio”, del mal gusto y lo cursi (Abraham Moles, Paidos 1980, Barcelona) De lo kitsch, como de “meter gato por liebre.” En Alemania se decía del gato por liebre "Erzats", o emplear sucedáneos.
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