Llegó a mis manos en estos días el libro Archipiélago de Arquitectura, de octubre de este año el cual presenta y promueve el trabajo de siete oficinas de arquitectura de Colombia (Bogotá, Medellín.)
Presenta según el texto lo que les separa y les une, lo cual no es claro, pero se entiende que de pronto les une la necesidad de auto-promoción, apoyando al tiempo a los editores.
El contenido: Nuevas Constituciones sobre cierta arquitectura latinoamericana de Florencia Rodríguez; Paisajes Amplificados, de Geoff Manaugh; El Debate Proyectual, de Andrés Pérez Ortega y después comentarios de algunas obras, comentarios entre oficinas y las trayectorias de sus componentes.
La calidad de edición es buena, lo mismo que algunas de las obras, la mayoría reciente y de pequeño formato, con las excepciones del orquideorama y de los coliseos para los juegos panamericanos de Medellín.
Llamó mi atención el texto de Florencia Rodríguez, arquitecta y crítica argentina de la universidad de Palermo en Buenos Aires y coordinadora del centro Torcuato di Tella.
Florencia afirma en su texto que nunca fuimos modernos. Lo que llamamos procesos modernizadores en América latina dice, se ubican en el cambio del siglo diecinueve al veinte y en la primera mitad del siglo veinte. Asevera que nuestra idiosincracia no distingue tan literalmente naturaleza y artificio. Ella da por caducas las premisas de la modernidad y nos invita a la anulación de los paradigmas modernos, para no tener que pensar contra o después de ellos.
Comparto lo que dice sobre la importancia de hacer arquitectura de calidad, sin importar el rótulo que se le ponga. Ya sabíamos que, al menos en Colombia, no existió una verdadera modernidad en ningún campo y, la arquitectura no es la excepción.Modernidad sin duda la tuvo Caracas y, es moderna la obra del gran arquitecto Villanueva. Gran modernidad ha tenido Brasil, con maestros reconocidos como Niemeyer, Lucio Costa, Reidy...Luego el texto de Florencia se disuelve en el aire como todo lo sólido.
El texto de Geoff Manaugh, incorpora la idea de "Predicción de Paisajes", como ejercicio de visualización de tiempo geológico, mirando ya no hacia el pasado ,sino hacia el futuro. Aplica o trae a cuento ideas de Steven Dutch geológo de Winscosin, para intentar explicar los proyectos de algunas de las siete firmas!!.
Al final propone aplicar la visualización de futuro a Medellín y su decisión de salir de la violencia del narcotráfico.Volver la mirada en casos así hace más daño. Comparto lo que dice sobre montar la ciudad proyecto a proyecto, (Y que ojalá sean buenos).
Muchos de los proyectos mostrados en el libro tienen calidad aceptable y hacen parte aún sin proponérselo de tendencias contemporáneas vistas en revistas, aunque no sean muy definidas.Parecen muy modernos algunos!.. aunque ellos no lo sepan. El texto de Perea Ortega, evoca la figura de Salmona, quien en verdad era muy poco moderno y, sobre el cual no es posible crear escuela, ni pienso yo, evocar una identidad colombiana. De esta lectura queda la sensación de haber contemplado un collage y, que en las siete oficinas y en cada una de ellas, hay muchas arquitecturas diferentes, se formulan los proyectos uno a uno y queda la sensación de haber visto una compilación promocional de proyectos escogidos por cada firma de modo autónomo y por tanto se hace honor al título: Archipiélago de Arquitectura.
Pero bueno, vale la pena mirarlo y, seguir el esfuerzo editorial de pronto abriéndose a más y también a mejores oficinas y arquitectos.
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