domingo, 4 de octubre de 2020

Ciudad y arquitectura:Futuro


Manhattan.


Babel
 Ciudad y Arquitectura: Futuro.


La modernidad es la revolución que sacrifica el pasado (y el presente) por la noción de futuro, por una perspectiva de futuro. Paradójica y contradictoria, la modernidad con su fuerza de cambio ha prefigurado el mundo en que vivimos.
Para esto ha empleado las ideas de programa, plan y proyecto,( A veces la de diseño), las mismas usuales en urbanismo y arquitectura.
Siguiendo a Marshall Berman, “la modernidad nos arroja en una vorágine” de perpetua renovación y desintegración. Pero no hay esperanza de regreso a ningún paraíso perdido, ya que después de cinco siglos, la modernidad ha construido su propia tradición.

La ciudad ha sido vista como la promotora y generadora de su propio futuro y esa promoción ha estado a cargo del urbanismo, que ha sido visto siempre  un tanto profético…Los programas planes y proyectos, o diseños, como dijimos, han sido el instrumento, tanto para transformar lo existente, como para construir la ciudad nueva. Tengo claro que lo escrito no excluye los planes y proyectos de conservación, reutilización y/o restauración de distritos y monumentos valiosos que colaboran con la preservación de la “memoria” urbana.

En este contexto, el futuro de la ciudad se sostiene en una cultura del plan y del proyecto sobre el territorio, y los "diseños urbanos" para que se construya una idea de ciudad futura basada en los hechos concretos.
Tener una idea burda de futuro, es pensar que este, lo interpreta un mago o adivino (Maga o Adivina), con vara mágica, gorro cónico y bola de cristal…Así vería el futuro y haría aparecer cosas que hoy no existen. Antes de preguntar  a magos, adivinos o profetas, lo que nos inquieta sobre las ciudades y su futuro, intentemos remirar el concepto de futuro, que según algunos ya no es lo que solía.

Una idea de futuro clara la encontramos en Fausto, cuando pasa de soñar y amar a Margarita y comienza a conectarse con las fuerzas económicas, sociales y políticas que mueven nuestro planeta; él construye y destruye. Así configura un entorno totalmente nuevo que borrará el viejo.
Para esto, Fausto emplea planes operativos que transforman la tierra y el mar, desarrollando un plan tras otro…
Fausto posee la conciencia moderna que relaciona ideas con vida práctica. Él es ahora creador y demoledor. ¡Se volvió desarrollista!
Busca otra vía de progreso por un desarrollo sin límites…Abrirá así nuevos espacios naturales, creados por la organización social.
Todo desarrollo tiene costos y, el nuevo mundo de Fausto, vibrante, dinámico, que propicia la libre actividad y productividad, la abundancia, se produce a expensas del mundo pre-moderno, que en el fondo es la razón de ser tanto del mismo Fausto, como del mundo que él crea. Así llega a su propia tragedia: El desarrollo termina también con él.

El proyecto Faustiano, o Fáustico, trasciende a su autor y propone un progreso para los demás (Recordemos que Goethe en el fondo era un socialista).
El modelo Fáustico producía un flujo constante de planes, propuestas, programas, diseños y proyectos de desarrollo de mucho alcance y escala, que sobrepasaban las posibilidades del capitalismo de su época.
El desarrollo urbano hoy, tiene similitud con el fáustico y, como él tiene beneficios a mediano o largo plazo y, se trata que sean para todos.También crea una síntesis entre poder público y privado y destaca el papel del “organizador” o desarrollista.

Esperamos que los futuros desarrollos no sacrifiquen como hizo Fausto a ningún Filemón, ni a otra Baucis y, que tales desarrollos integren sabiamente lo antiguo y lo nuevo.

Escribiendo esto, me acordé de lo que pensaba al respecto de modernidad, presente y futuro Octavio Paz: Modernidad, tiempo que se deshace entre las manos, búsqueda permanente del presente, algo que perseguimos en sus metamorfosis incesantes sin poder asirla nunca, que se fuga y se disipa. Es el instante. Es acercar el arte a la vida. En esta visión se deja un tanto de lado la idea de futuro, por la de tiempo presente.

Así como la realidad urbana es múltiple y no hay un modelo único de ciudad, cada ciudad tiene su propia vía a la sustentabilidad y hay tantos futuros como ciudades y como sus partes.
En una ciudad medianamente grande, se pueden dar distintos modos de desarrollo, a pesar de los planes estratégicos y de ordenamiento, o gracias a ellos.
Hay  en nuestro contexto siempre una ciudad futura producto de la especulación (Promoción inmobiliaria privada y del estado) y, otra ciudad futura producto de desarrollos precarios con o sin acción estatal e “interés social”.
Aunque en Colombia ya no se den procesos “piratas” de urbanización ni invasiones a gran escala, como en las décadas de los 70`s y 80`s del siglo pasado, tenemos un gran número de población desplazada por los conflictos armados.
La realidad urbana es múltiple, no hay, como dijimos un modelo único ni un futuro único.
La ciudad futura colombiana, como la del resto del planeta, será definida en buena medida por fuerzas socio-económicas y políticas: En países como el nuestro, el poder central y su aparato burocrático ha sido hasta hoy definitivo en la “suerte” buena o mala de las ciudades. Hoy aparece un factor cuyo peso desequilibra la balanza de importancia y jerarquía urbana en Colombia: La economía mundial globalizada, con los acuerdos o tratados de libre comercio, que fuerzan un cambio en el modelo de desarrollo hacia adentro, vigente.

Una ciudad deseable es aquella donde se vive bien  y, se sabe que el futuro de la ciudad es también el del planeta y el de la humanidad. Así, el futuro urbano es un asunto serio.

Ha sido tarea del urbanismo preverlo y fijar los objetivos de la ciudad futura. Para algunos tales objetivos tienen que ver con un aumento de la productividad urbana, con la mejora de la calidad de vida en la ciudad, con la disminución de la pobreza extrema y situaciones sociales degradantes y, con crear espacios para la convivencia ciudadana.

Mientras, las ciudades se van desbordando sobre su entorno rural y/o rural-urbano, con patrones de discontinuidades entrelazadas y, articulando poblaciones y otras estructuras urbanas (Ciudad poli-centrada). Los fenómenos contemporáneos acompañantes, son  las ciudades de “Bits” las ciudades de borde, las ciudades difusas, las ciudades región…
La mayoría de ellas persiste en desarrollos basados en el ordenamiento territorial, y la búsqueda de “un norte” por consenso. Muchas ya tienen su proyecto de región o de ciudad metropolitana, aunque nuestra legislación en estos campos sea retrasada.

Por lo pronto la ciudad aspira a ser “ciudad región global”, con geometrías variables en las cuales no se privilegie únicamente las actuales ciudades y países centrales que han sido ganadores tradicionalmente, sino a nuevos países, regiones y ciudades que logren articularse a la nueva realidad económica global.

En los recientes congresos y conferencias sobre futuro de la ciudad, se discute sobre su necesaria eco-eficiencia (Más con menos), sobre la necesidad de su resiliencia (Estabilidad por la flexibilidad), sobre la búsqueda de una economía verde, la prosperidad a través del cambio y la búsqueda de la felicidad, el bienestar y la riqueza.
También hay algunas pistas sobre lo que debe evitarse y de los retos que trae la mayor urbanización del planeta, dadas las limitaciones energéticas y el aumento de la contaminación. Las ciudades desparramadas, con sus alejadas y superpobladas  periferias se dan por insostenibles, por los aumentos en trayectos y costos de transporte, lo mismo que la ciudad de rascacielos con sus altos costos de transporte vertical y pérdida de contacto con el territorio real. Queda la pregunta, de cómo mejorar las periferias existentes y cómo reintegrarlas al resto de ciudad. La ciudad región que integra ciudad e infraestructuras será válida si es compacta.

Los desarrollos abiertamente capitalistas, se dan más fácil en ciudades con economías y cultura que simbolicen una modernidad basada en el máximo ánimo de lucro. Esta imagen va unida a la devastación que da paso a lo nuevo y por la sobre-edificación de lo actual (Rentabilidad máxima).En este contexto se perpetúa la idea de transformación.   (Tradición de lo nuevo).Aquí, todo vestigio es borrado antes que se tenga tiempo de cogerle cariño. Recuerdo aquí a Nueva York con  su tradición de progreso, renovación y reforma y, la perpetua transformación de su arquitectura y distritos.

Generalizar ya vimos no es posible respecto a  ciudad y arquitectura, la cual se condiciona por aquella. Las ciudades son únicas y su futuro también lo es, por lo tanto cada ciudad debe arriesgarse a jugar un papel de “Maga” o de profeta, según su caso y su fragmentación y/o, los grados de inclusión-exclusión de su población de menores ingresos. 

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