domingo, 4 de octubre de 2020

El sentido de la construcción de la ciudad.


Construir al Proyectar, Di-señar.
SENTIDO DE LA CONSTRUCCIÓN


“…Construir es ya en sí mismo habitar…” “…Construir como habitar se despliega en el construir que cuida, que cuida del crecimiento y en el construir que levanta edificios…”
Martín Heidegger.
(Conferencia en Darmstadt, 1951. Pp. 127, 130.)

Decir que la ciudad es nuestro hábitat y, que ella da sentido a la vida, e identidad…ya es un lugar común.
Habitar está en la base dela relación vida –espacio. Al construir, les regresamos o conferimos a cosas y artefactos una imagen simbólica. Idealizar de modo poético lugares construidos, lleva casi siempre a la noción de “patria” o de nación. Entendemos por sentido, el significado de la experiencia dirigida a un fin, una orientación…
Pero bueno, no intento acá dar a ciudades ni aldeas, ni mucho menos al lugar de habitar características cósmico-religiosas, aunque respeto  enfoques como el de Mircea Eliade  o el de Foustel de Coulanges, con respecto al simbolismo y/o la cosmogonía del lugar de habitar, entendido  como centro del mundo y siempre en peligro a causa del eventual caos.
Me reafirmo en no darle a construir o edificar la connotación arcaica de “lo sagrado”.
¿Qué sentido tiene hoy  la construcción de ciudad?
En la tradición romana, la civitas, denota la pluralidad de seres humanos y la urbs, supone la fábrica o estructura material de la ciudad. Así que cuando mencionamos la ciudad, nos referimos más (En este texto) a la idea de urbs, aunque no olvidemos sus habitantes. Pero bien, veamos entonces qué sentido tiene construir ambas. (La polis griega, denotaba más el ágora y su actividad, la política y así, construir la ciudad sería construir su cultura).
Para mí el sentido, en este enfoque está en construir la ciudad como arquitectura (Materialmente y hacia el habitar) construyendo al tiempo, la ciudad de lo público, de los lugares de encuentro.
Construir la ciudad en el tiempo es misión de la arquitectura, si la ciudad se entiende, como edificios y espacios, compartiendo con Rossi aquello, que en la ciudad es prioritaria su forma.
Siempre he pretendido sacar al arquitecto, el ingeniero o el constructor del ámbito “aurático”  del mito y permitirles liberar su potencialidad técnico-productiva, para que respondan a las exigencias del día a día, que no son sólo instrumentales. Pretendo el rescate del valor profano o laico de la técnica, con su dimensión artística y/o estética, para bien de la utilidad de las cosas, del habitar y de la ciudad (Casa, ciudad, cultura, civilización). Así de pronto, lo técnico y lo estético se compenetren en bien de la utilidad y “usabilidad” de las cosas.
¿Me aproximo así a la idea de ciudad y de habitar de la bauhaus última,  de Gropius?
Si así es bienvenida esa cercanía,  pues pienso que refirmar un cierto “constructivismo” a lo Bauhaus,  es reafirmar y re interpretar Ciudad y Habitar en la historia.
Un construir laico y/o profano, dentro de un horizonte racional, dirigido a lo cotidiano y pragmático,  coincide con la Bauhaus en su fase final y así  superamos la Polis antigua, pasando a la ciudad moderna.  Si pensamos la ubicación temporal de la Bauhaus, en el período de entre guerras y la posguerra después y, entendiendo que se había borrado todo vínculo con una Kultur y con un pasado armónico compartido, nos explicamos su “vanguardismo y aparente anti-academicismo, que se apoyaba en la técnica.
¿Será posible volvernos a apoyar en la técnica concibiendo el proyecto-diseño de la ciudad y el habitar, centrados en la materia y sus potenciales, en la vida mundana laica, en la psicología humana, en lo sensible…?
Con la Bauhaus, la técnica y la industria se abrían como posibilidad hacia el futuro, pero reintegrando a ellas el arte y, siendo dirigido todo por la arquitectura. Así proclamaba Gropius, ¡Arte y Técnica una nueva unidad…!
Arte y técnica se necesitan uno a otro y los seres humanos requerimos  de arte, técnica y arquitectura. Esta última es ejemplo (o, podría serlo), de tal necesidad y de su aplicación cuando intenta trabajar por la vida.
Comprendemos así,  que la Bauhaus era una especie de humanismo racionalizado que intentó reintegrar mediante una escuela artístico-artesanal, la forma. Su fórmula parece era: Constructividad+Racionalidad+Creatividad. (Forma)
Del Werkbund alemán, tomó Gropius la idea de obra de arte unitaria y, la llevó a la idea de arquitectura, como “madre” de las demás artes. La Arquitectura debía según él, integrar de manera constructiva, espacio, tiempo y vida, ya que entendía por construir, encontrar la forma espacial para responder a la vida, mediante prototipos y modelos reproducibles en serie.
La idea de “Gestaltung”, exigible a artesanos y artistas, estaba  implícita, ya que pensaba que la forma era “lo posible”, pero no concebible como forma a priori. La forma se definía y se daba “objetivamente” por los modos de vida. (Hablaba de Gestaltung espacial).
La Bauhaus en teoría, buscaba prestar un servicio a la vida (Ciudad y Habitar), produciendo útiles, objetos necesarios para el diario vivir, desde edificios hasta enseres, vajillas…pensando que algo era útil si contenía eficacia práctica para su función y, por tanto sería duradero, económico y bello.
Todo, para el mundo de la vida: un mundo nuevo a través del arte y de la técnica, con imágenes que construían la ciudad moderna y su arquitectura. (¿Utopía?)
Si, eran ideas utópicas, pero no a lo griego, ni a lo  Le Corbusier. En Grecia se daba una especie de síntesis entre arquitectura y filosofía política, que ya perdimos y,  se planificaba. Sus propuestas eran mediaciones entre geometría ortogonal, lugar y civilización. Le Corbusier se ubicó en la modernidad, pero renovó las ideas de Hipodamos e integró vida+ máquina  + naturaleza.
Sigue siendo una opción el construir ciudad y habitar,  como nuestro natural hábitat y al parecer,  no hay todavía mejor opción que ellas. Construir la ciudad nuestro hábitat, tiene sentido…

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