Pent Houses. |
¿Los ricos También lloran?
“Me gusta ver a un hombre orgulloso del lugar donde vive.
Me gusta ver que un hombre viva de modo que su lugar pueda
estar orgulloso de él…”
Cita atribuida a Abraham Lincoln.
En todo el mundo ha sido consensual, que investiguemos y
tratemos de mejorar la condición de habitar de la población de menores recursos.
A ella se dedicó el mejor esfuerzo y reflexión de la crema y
nata de la modernidad. Los mejores y más conocidos estudios de los C.I.A.M.,
buscaban mejorar la calidad de esos asentamientos y los estados dedicaron buena
parte de sus recursos para ese fin.
La llamada clase media poca atención ha recibido, con
excepción de la que le prestó la Bauhaus y la Norteamérica de la 2a posguerra.
Poco se ha pensado sobre su habitar…La bauhaus
pensó en ella indirectamente, al intentar establecer estándares de
habitabilidad, prácticamente para todos, lo cual les incluía. La clase media
norteamericana era el modelo de nivel de vida para todo el mundo y hacia ella
se fue el esfuerzo productivo en U.S.A., al regresar las tropas de Europa.
“Lo políticamente correcto” siempre fue dedicar los
esfuerzos a los más pobres, e intentar elevar su calidad de vida al nivel ideal que se pensaba ya tenía la población
de ingreso medio.
Pero los grandes excluidos fueron los “ricos”, a quienes sin
embargo se dedicaron algunas de las mejores obras de Le Corbusier, Wright y
Mies, la vivienda para ellos no se suponía fuera un problema que ameritara
definición de tipos, políticas o
estándares.
Los proyectos canónicos de un nivel digno de habitar, las
Siedlungs alemanas de la época de entre-guerras del siglo XX, son ejemplo de lo dicho, ya que se destinaban
a población obrera o de bajos ingresos tratando de lograr estándares de clase
media. En efecto los niveles que alcanzaron, son hoy los de nivel promedio
aceptado como “buena vivienda”.
Tal vez por eso los
promotores y empresas inmobiliarias, se apropiaron de esa experiencia echando
mano de su racionalidad, eficacia y funcionalidad, para lograr buenas ganancias
con ofertas muy aceptables en su calidad. Hoy en todo el mundo el espacio de
habitación está en transformación y trasciende su tradicional carácter
protector de lo privado e íntimo, para familias tradicionales. Lo público
irrumpió en estos espacios que ahora es indefinido, gracias a la tecnología.
Lo anterior y la memoria de mi propia actitud hacia este
problema, hacen que hoy me refiera a las
áreas residenciales y tipologías que acomodan a la población más próspera: A
nuestros “ricos” a mi juicio muy poco privilegiados en su habitar. (Aceptando
los cambios y que la vivienda es otro artículo de consumo).
Medellín ha sufrido como todas las ciudades, un proceso de
migración interna de su población con mayores ingresos. Hasta los años cincuenta
del siglo pasado, esta población se asentaba en el casco tradicional, hoy
central, al lado oriental del río.
Estaban a lado y lado de la quebrada Santa Helena o avenida
la playa (Que tuvo que ser cubierta por su contaminación). También estaban
alrededor del parque Berrío y en Sucre; por los años veinte se pobló Prado, con
casonas dentro de una trama renovada, con ante jardines. Otros se asentaron en
Ayacucho, parte alta cerca a Loyola en casas quintas y en sectores del barrio
Colombia.
En ese entonces el Poblado eran haciendas, fincas con
casonas y villas.
Después de 1940 se inició el poblamiento de la llamada
otra-banda, en el costado occidental del río Laureles nace allí como vivienda
cooperativa, para empleados y estratos medios. Es una especie de suburbio
jardín, con generosas vías, zonas verdes y arborización.
Ante el estancamiento de Prado, por su mala vecindad y la
“ruralidad” del poblado, Laureles gana estatus y se puebla rápidamente,
densificándose y después atrayendo los
estratos altos.
Las tipologías de casonas casas quintas,villas, palacetes,
van dando paso a la vivienda multifamiliar, que se inicia en el centro y algo
en laureles, con buena calidad y
diseñada por los mejores arquitectos de la época, como Tulio Ospina o Federico
Blodek.
Laureles es el primer barrio urbano con calidad fuera de la
retícula tradicional, Su trama planeada
por Karl Brunner y Pedro Nel Gómez, se desarrolló con casas de uno y dos pisos entonces
modernas, de calidad buena.
Ha sido tal vez el mejor “vividero” que ha tenido la ciudad.
Su transformación y densificación no han sido
desafortunadas, porque contaba con buena
infraestructura y no alojó “unidades cerradas”.
¿Qué es lo mejor en cuanto vivienda, que el dinero puede comprar hoy en Medellín?
¿Dónde están las villas contemporáneas, los Pent houses?
De pronto hay buenas ofertas en sectores del poblado, o en laureles…Pero algo que da una idea, es que
la vivienda usada tiene mejor precio que la nueva (Esto es un fenómeno
nacional).
Tenemos de calidad, sectores en Prado y el Centro que han
resistido la inseguridad y el deterioro, algunos sectores del Poblado hacia las
transversales y límites con Envigado, algunas zonas de Envigado y Sabaneta y
ofertas aisladas en laureles. Las “unidades cerradas” han mermado para bien de
la ciudad.
Pero, no hay hoy en Medellín una oferta tipo Pent houses, de vivienda para los estratos altos
“novedosa”, impactante, con alta calidad y con urbanística sobresaliente como
la de laureles en su época. Tenemos si, exceso en el ánimo de lucro y
construcciones hechas a la carrera con
materiales poco durables…Esto explica en parte el alza de precios de
vivienda usada.
Medellín tiene hoy un alto costo, difícil de soportar aun para los
más ricos y, se sigue dando más que una
migración de la clase alta al interior del área metropolitana, un éxodo hacia afuera de ella…
Como sabemos, ya es
casi imposible tener una buena casa en
Medellín y un buen “vividero” en lugares
con calidad y costo decentes.
El éxodo a los alrededores, incluso alejados, en busca de la casa “soñada”, como 2ª
vivienda y cada vez más, como vivienda permanente, continúa…
Las clases medias y altas han sido los habitantes por
excelencia de los alrededores “rurales”, de las pequeñas ciudades o pueblos,
buscando condiciones arcádicas o ideales y, en ciudades “satélites”, como Río negro o Santa Fe de Antioquia.
Hemos llegado ya a tener parcelaciones en zonas sin relación
con ciudades o pueblos en una especie de “tuburbio” amorfo y desparramado. Las cintas
asfálticas de varios carriles que atraviesan pueblos, ciudades pequeñas y
tierra agrícola, han transformado esos territorios en lugares maduros para los
“promotores” inmobiliarios que los vuelven parcelaciones de paisaje
degradado en su mayoría. Supongo lo que
ocurrirá cuando la región se des atrase en cuanto a su infraestructura vial.
En síntesis, hoy con mucho dinero no se compra fácilmente un
buen “vividero” en Medellín y esto es una alerta para autoridades y expertos.
¿Es solución escapar de la ciudad? Pienso todavía QUE NO. Es
dudoso encontrar fuera de ella mejores
servicios, seguridad e infra estructura por lo cual los gobernantes deben
mejorar la relación beneficio/costo de vivir en ella. También por supuesto debe
mejorarse la condición de la construcción en la región.
En otras latitudes los más ricos viven en asentamientos con
grandes zonas verdes, lagos, playas, clubes campestres y casas de buena calidad
con buena infraestructura, buenas vistas, entornos de calidad ambiental
sobresaliente… y precios justos. ¿Será
que a mediano plazo en Medellín se podrá
estar orgulloso del lugar donde vivimos y, ser un orgullo para ese lugar, o aquí los ricos seguirán llorando?
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