domingo, 4 de octubre de 2020

Escala de los problemas y problemas de escala.

Escala de los problemas.

Vista a vuelo de pájaro.
Al ver lo publicado en prensa local, sobre los proyectos del concurso sobre el parque para el río Medellín, no pude sino recordar los problemas que trae consigo, la escala en la cual se piensan los proyectos: ¿Qué supone  “manejar” tramos de varios kilómetros del río al cruzar el valle de Aburrá? O, ¿Qué supone abordar distancias de más de veinte kilómetros en un problema de proyecto? (Dividido en tramos).

Para no perder el sentido en problemas de tal escala, ¿Sirven los instrumentos usuales de proyectación? ¿Son adecuados modelos, maquetas y/o perspectivas  a vuelo de pájaro?

Las fotografías que suministraban las bases, en el mejor de los casos permitían percibir unos cuatro o cinco kilómetros, desde la altura de un avión o de un cerro alto.
Difícil abarcar así el problema, percibirlo como fenómeno completo y, terminamos por admitir, que tal problema debe comprenderse fragmentado y fragmentada será su respuesta…
No obtenemos más claridad con los instrumentos usuales aplicados en casos de diseño urbano o del paisaje…La cultura de espacio y medida nos ayuda  normalmente con la forma de inserción de las cosas en el paisaje, con el manejo de los espacios abiertos. Eso acá no parece muy  útil.
La escala del problema del río Medellín es enorme y  manejada con descuido puede dar resultados grotescos y/o utópicos.
He allí el desafío de tal problema: ¿Cómo abordarlo sin deformar su realidad por su tamaño y/o sin abordarlo con tono utópico?
Las aerofotografías, las imágenes satelitales, mejor que modelos o perspectivas de cualquier clase, parecen ser un instrumento adecuado. Por esto me parecieron pocas las suministradas y desde puntos no tan adecuados. Los planos digitales, usualmente empleados en estas escalas, son admisibles, pero obligan a lecturas, comprensión y luego a propuestas secuenciales y fragmentadas…Tal vez por eso las bases partieron el total en unos tramos algo arbitrarios. Mi intención con estos comentarios no es sin embargo, limitarme a las circunstancias técnicas u operativas relativas a la gran escala. Tanto o más importante que lo anterior es la concepción de espacio que se maneje para abordar esta gran escala. Toda totalidad ambiental de un problema de la gran escala (Urbana, de paisaje…), es una sumatoria de entidades espaciales (O lugares?), Que son ocupadas por cuerpos y objetos. Árboles, personas, edificios. Tales lugares dependen de los cuerpos y objetos naturales o hechos por el hombre. Tales objetos los percibimos en relieve y nos definen el espacio hasta una cierta distancia, nunca mayor a unos quinientos metros. (En los mejores casos). Más allá percibimos las cosas planas, distinguiéndolas por su color y contraste contra el fondo del paisaje.
Existe una especie de salto entre esas dos visiones: la mediata y la lejana. Las visiones a varios kilómetros, como puede ser la de un cerro lejano, se tornan planas y pierden contacto con la línea de tierra.
La escala, es tal vez aquello que define más el problema del proyecto del río Medellín, por lo visto y, esto complica los proyectos y su evaluación. Debido a su escala, aún con vistas a vuelo de pájaro, sólo se obtienen como dijimos, visiones y lecturas  parciales y así, el problema de la escala obliga a unas “costuras” o ensambles de lugares y fragmentos, para tratar de recomponer totalidades esquivas.

La escala de los problemas, pone a prueba nuestra capacidad de comprensión y representación de los mismos: En cierto modo los modifica.

Con la gran escala la perspectiva se torna en mera construcción geométrica: Ella logra unificar en una trama de referencias geométricas objetivas, diversos sistemas de representación y control del paisaje. Pero ninguna perspectiva capta escalas demasiado grandes. Con ella logramos captar sólo algunas decenas de kilómetros de realidades arquitectónicas, urbanas y del paisaje.

En las grandes escalas reina la aerofotografía, el fotomontaje, la infografía satelital. (Medios que a nuestro juicio fueron escasos en las bases de concurso).
Así las cosas, se dio una obligada lectura, comprensión y propuestas del problema del río, por segmentos o tramos, lo cual también condicionó la evaluación del jurado.

¿Pero quién, todavía aspira o sueña con manejar esta escala con criterio holístico y buscando unidad?



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