Escala de los problemas.
Vista a vuelo de pájaro. |
Para no perder el sentido en problemas de
tal escala, ¿Sirven los instrumentos usuales de proyectación? ¿Son adecuados
modelos, maquetas y/o perspectivas a
vuelo de pájaro?
Las fotografías que suministraban las
bases, en el mejor de los casos permitían percibir unos cuatro o cinco
kilómetros, desde la altura de un avión o de un cerro alto.
Difícil abarcar así el problema,
percibirlo como fenómeno completo y, terminamos por admitir, que tal problema
debe comprenderse fragmentado y fragmentada será su respuesta…
No obtenemos más claridad con los
instrumentos usuales aplicados en casos de diseño urbano o del paisaje…La
cultura de espacio y medida nos ayuda
normalmente con la forma de inserción de las cosas en el paisaje, con el
manejo de los espacios abiertos. Eso acá no parece muy útil.
La escala del problema del río Medellín
es enorme y manejada con descuido puede
dar resultados grotescos y/o utópicos.
He allí el desafío de tal problema: ¿Cómo
abordarlo sin deformar su realidad por su tamaño y/o sin abordarlo con tono
utópico?
Las aerofotografías, las imágenes
satelitales, mejor que modelos o perspectivas de cualquier clase, parecen ser
un instrumento adecuado. Por esto me parecieron pocas las suministradas y desde
puntos no tan adecuados. Los planos digitales, usualmente empleados en estas
escalas, son admisibles, pero obligan a lecturas, comprensión y luego a
propuestas secuenciales y fragmentadas…Tal vez por eso las bases partieron el
total en unos tramos algo arbitrarios. Mi intención con estos comentarios no es
sin embargo, limitarme a las circunstancias técnicas u operativas relativas a
la gran escala. Tanto o más importante que lo anterior es la concepción de
espacio que se maneje para abordar esta gran escala. Toda totalidad ambiental
de un problema de la gran escala (Urbana, de paisaje…), es una sumatoria de
entidades espaciales (O lugares?), Que son ocupadas por cuerpos y objetos.
Árboles, personas, edificios. Tales lugares dependen de los cuerpos y objetos
naturales o hechos por el hombre. Tales objetos los percibimos en relieve y nos
definen el espacio hasta una cierta distancia, nunca mayor a unos quinientos
metros. (En los mejores casos). Más allá percibimos las cosas planas,
distinguiéndolas por su color y contraste contra el fondo del paisaje.
Existe una especie de salto entre esas
dos visiones: la mediata y la lejana. Las visiones a varios kilómetros, como
puede ser la de un cerro lejano, se tornan planas y pierden contacto con la
línea de tierra.
La escala, es tal vez aquello que define
más el problema del proyecto del río Medellín, por lo visto y, esto complica
los proyectos y su evaluación. Debido a su escala, aún con vistas a vuelo de
pájaro, sólo se obtienen como dijimos, visiones y lecturas parciales y así, el problema de la escala
obliga a unas “costuras” o ensambles de lugares y fragmentos, para tratar de
recomponer totalidades esquivas.
La escala de los problemas, pone a prueba
nuestra capacidad de comprensión y representación de los mismos: En cierto modo
los modifica.
Con la gran escala la perspectiva se
torna en mera construcción geométrica: Ella logra unificar en una trama de
referencias geométricas objetivas, diversos sistemas de representación y
control del paisaje. Pero ninguna perspectiva capta escalas demasiado grandes.
Con ella logramos captar sólo algunas decenas de kilómetros de realidades arquitectónicas,
urbanas y del paisaje.
En las grandes escalas reina la
aerofotografía, el fotomontaje, la infografía satelital. (Medios que a nuestro
juicio fueron escasos en las bases de concurso).
Así las cosas, se dio una obligada
lectura, comprensión y propuestas del problema del río, por segmentos o tramos,
lo cual también condicionó la evaluación del jurado.
¿Pero quién, todavía aspira o sueña con manejar
esta escala con criterio holístico y buscando unidad?
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