Conjunto Space, el Poblado. |
El Poblado. Medellín. |
(Con todo respeto, por la tragedia del conjunto Space y la de Palos Verdes, que parece ya olvidamos y produjo 12 muertos el 8 de noviembre del 2008).
¿Hay calidad en el poblado?...La reflexión sobre la ciudad
no ha dado en el poblado para tanto… Además, tal reflexión ha estado estancada
por allá en los años ochenta en casi
todo el ‘planeta. En el poblado hablamos de amontonar casas, personas y
cifras…hablamos de cantidad y de congestión.
Él es una parte de la ciudad que se consolidó en un clima
político y económico de capitales dudosos: Lavados e ilegales, en una economía
de apariencia democrática y mediante operaciones respaldadas por toda la
disciplina de la arquitectura (Planeación, curadurías, diseño, e ingeniería y
construcción), con gerentes que validaban las inversiones y administraban el
negocio inmobiliario cuidando mucho de las cantidades y cifras.
De ningún modo la
intención de este texto es oponerse a la oferta de multifamiliares en Medellín,
si ella es sensata, ni oponerse a la continuación del negocio inmobiliario,
pero hacerlo con ganancias justas, sin codicia y con los debidos controles.
Nos oponemos si, a continuar sobre densificando mal el poblado y otros sectores como la loma de los Bernal y la del
“cucaracho”.
Es cierto que tenemos laderas que soportan poco esos contenedores
altos y más unidades cerradas sin vías,
o con vías de especificaciones de veredas, con congestión vehicular garantizada
y con precios escandalosos: En el conjunto Space, se promocionaban ventas de
“loft”s y apartamentos entre 63 y 101 m2 de área con precios entre 200 y 400
millones de pesos, lo que nos da unos precios de venta entre tres y cuatro
millones de pesos...por cada metro cuadrado de construcción...
La geología de nuestras laderas exigiría arquitecturas más
livianas, sin desestabilizar los taludes y, la clase media en ascenso precios
de venta regulados...
De las primeras falencias del poblado, iniciado el proceso
de densificación, fue la de infraestructuras, acompañada del deterioro de un
área que alojaba villas y casas fincas con gran cantidad de jardines y agua,
sin agredir el medio ambiente.
Se va dando luego la “ciudad” nueva, que borró todo vestigio
de las pre -existencias, con algunos sectores cuya resistencia ya terminaba
para la década de los sesentas del siglo pasado.
Acá, la “naturaleza” ahora es hechiza, intencionada, con
autores conocidos y, es un tanto “lo contemporáneo” en Medellín. Pero es un
área tremendamente real y “moderna”, sin sentimentalismos, lugar donde impera
la cantidad, casi siempre sin calidad: Dinero, valorización de las propiedades,
metros cuadrados en venta…
Acá se ha dado la mayor parte de la inversión inmobiliaria
en la ciudad en los últimos cincuenta años.
Aquí, la modernidad hizo metástasis
en cada lote, apoyada en la eficacia que brinda un sistema de controles laxos y
capitales frescos que permiten un flujo de caja continuo, arquitecturas
blandas, flexibles o acomodaticias con las exigencias del capital y demandas de
estratos altos y medios en furioso ascenso.
La imagen que ofrece el poblado, súper poblado, sobre densificado,
es como la de Hong Kong: Es la de una ciudad desarrollista con la “novedad”,
como bandera.
El poblado como
vimos, saltó en pocos años, de las casas fincas de generosos lotes y
jardines con arquitectura a la medida de sus propietarios, a una proliferación
de multifamiliares clonados, unos de otros, sin respuesta a otro interés, que
al de lograr una alta rentabilidad. Son contenedores en altura, anónimos y
anodinos, como paradigma de una modernidad de “tabula rasa” y que considera la
vivienda sólo como mercancía.
Todo el poblado se transformó por la ley del
negocio inmobiliario, aceitado por el bajo nivel de control urbanístico y/o
ambiental.
La ley urbanística acá es la cantidad: + viviendas, +$, + ganancias…
En el poblado la arquitectura “moderna”, se desmorona
literalmente, convertida sólo en contenedores de cosas y de gentes, en
mercancía…Y, ni que hablar de la urbanística, que se limita aquí a posibilitar
con pocas normas, además violables, la conversión del sector en el lugar de los
“contenedores”.
En el poblado la arquitectura quedó con a minúscula, ella es
más bien economía congelada (o, construida) y, la urbanística, con u minúscula su facilitadora.
¿Calidad?... En este reino de la cantidad ella sería
incoherente…
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