Vista por Quincy Street. |
En junio de 1983, asistí al segundo Congreso
sobre políticas de tierra en el Lincoln Institute en la universidad de Harvard.
Durante el tiempo libre, aproveché para visitar el campus en Cambridge, la
Graduate School of Design, de la cual fue decano José Luis Sert, el mismo del
plan piloto para Medellín, con Paul Lester Wiener y visité por supuesto el pequeño archivo
dedicado a Le Corbusier.
Recorriendo el campus y su “Yard”, miré con atención
algunos edificios antiguos en ladrillo y, decidí recorrer con más tiempo el
Carpenter Center for Visual Arts, de Le Corbusier.
El edificio cumplió este año cincuenta de ser
construido y es el único de L.C. en norte américa.
Se localiza en el borde del campus en 24
Quincy Street, y le dediqué una tarde, luego de pasar varias veces a su lado y
mirarlo desprevenidamente. En las primeras impresiones, me pareció algo extraño
en el sitio, por su emplazamiento girado 45 grados, su estética brutalista
suavizada, en concreto visto y su rechazo olímpico a sus vecinos edificios, en
ladrillo y con estética “Neo –clásica y Georgiana”, (The Fog art museum y the
faculty club).
Figúrense que le miran desde arriba, como en
una localización: parece un cuadro “purista” de L.C., destacándose un cubo
girado 45 grados en relación a sus vecinos con una rampa por su centro,
haciendo diagonal con la traza de las calles Quincy y Prescott. (Como los
senderos de los “Yards”) La rampa forma una especie de aspa al adaptar sus
inicios a los paramentos de esas vías. Sobresalen hacia Prescott Street, un
punto fijo con escalera y el volumen curvado elevado y con brise soleils.
Hacia quincy se muestra un volumen en concreto muy pulido, con insolux en sus vanos y otro curvado sólido en concreto visto pulido. Estos volúmenes curvados contienen talleres de pintura, dibujo y escultura.
Se trata de un edificio complejo, como toda la
obra tardía de Le Corbusier y que no es “amigable” con las pre-existencias del
campus, ni en forma, ni en paramentos, ni en materiales. Alcanza los cinco
niveles y tiene hacia su centro un sótano.
Genera opciones de paso a través de él, sobre
el terreno, aprovechando los pilotis cilíndricos y pulidos, cruzando la galería
hacia Prescott y/o utilizando la rampa desde ambas calles y ascendiendo a un
tercer nivel, y desde esta Promenade, se disfruta la vista hacia los talleres
gráficos.
Maqueta preliminar. |
Recuerdo haber entrado por la calle Quincy,
después de haberlo rodeado varias veces y subí por la rampa hasta el tercer
nivel, viendo al hacerlo los espacios de expo de la galería Sert, de artistas
contemporáneos y talleres y, fui a la otra calle. Recorrí la galería que cobija el volumen curvo para exposiciones
itinerantes y luego volví por entre los pilotis a Quincy, reingresando por la
rampa. Después reingrese por el primer nivel, tomé un ascensor y subí a la
terraza jardín apreciando desde ella el campus lleno de edificios en ladrillo
visto.
Luego de modo instintivo, (Cuestión de
preferencia…) busqué el archivo fílmico de Harvard y logré recorrerlo un poco.
Él contiene una valiosa colección de películas clásicas, raras y
experimentales, muchas en blanco y negro
y, otros tesoros del cine.
A pesar de su complejidad, se reconocen en el edificio,
los cinco puntos de le Corbusier: Fachada libre, planta libre, elevación sobre
pilotis, terraza jardín y la ventana alargada, que acá se trabaja con brise soleil,
insolux y vidrieras. Además aplica su paseo o promenade arquitectónica y
principios estructurales de las maison dominó.
Debo admitir que se trata de una espacialidad
más potente en su relación con el entorno y exterior, que hacia su interior
donde no aporta espacios sobresalientes.
De todos modos es una obra importante, es un
manifiesto de sus principios y una especie de testamento, ya que murió en 1965 y esta obra es su última síntesis. (El
pabellón de expo de Zúrich, se inició en 1961 y aunque se finalizó en 1965, no
es representativo de su trayectoria)
Vista de Talleres. |
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