Y, De La Vivienda ¿Qué?

La vivienda es el primer ejemplo arquitectónico de "eterno retorno" al centro de interés y de debate, por lo general después de períodos de abandono o de descuido. La rutina ha marcado por largos períodos de tiempo el quehacer de la vivienda y, ello va ligado a la rigidez de programas y tipologías, definidas por el afán de lucro. Además, por un mal entendido tácito: Que la vivienda acaba donde inicia la ciudad.
Hay ahora un tema que domina sobre todos en arquitectura y urbanismo: Sustentabilidad.
En el caso de la vivienda esto supone revisiones que van desde la densidad (Número de viviendas x Hectárea) hasta la tecnología.
La construcción de baja densidad incrementa distancias y costos de servicios y transportes, pero una alta densidad puede aumentar costos de estructuras y de infraestructuras de transporte vertical. En cuanto a tecnologías y, sólo como ejemplo, ya Holanda y China limitaron el uso del ladrillo por su fuerte impacto ambiental y alto costo de producción. (Horneado/gastos de combustible).
La vivienda hoy es algo que no representa arquitectura. Abordar esta temática en la enseñanza de la profesión es casi prohibido.
Ni la vivienda ni el tejido urbano residencial son hoy un tema donde experimentar arquitectura creativa. La vivienda quedó en "garras" de las fuerzas del mercado: Promotores y constructores reinan sin competencia en esta acción urbano-arquitectónica, tan vital para todos.
El de vivienda no es más hoy un proyecto socio cultural. Desde que el estado no es protagónico en su proyecto-ejecución , debido al fracaso de sus políticas y desarrollos, que obligaron a su abandono en manos privadas.
La sociedad de consumo y el repliegue de las políticas socialistas contribuyen a esta situación. Además la demanda de la población ha ido imponiendo viviendas alejadas de áreas centrales, en lo posible unifamiliares aunque se aumenten distancias y costos de transporte y la ciudad se "desparrame".
Hoy en la vivienda no hay innovación. El proceso casi siempre se limita a un promotor comprando tierras baratas y "estirando" al máximo la norma, para lograr un máximo de viviendas por hectárea.
El arquitecto en este proceso se limita a "maquillar" para facilitar las ventas. Él está preso entre promotores y constructores y, sólo tiene escapatoria a través de vivienda auto promovida, o vivienda cooperativa.Claro que la vivienda sin ánimo de lucro en nuestro medio es "rara avis".
A estas consideraciones debemos agregar el proceso gradual de desaparición del espacio público urbano, que es privatizado progresivamente. Los estratos medios en su  "furioso" ascenso, quieren mayor seguridad y aislamiento social y espacial.


Una ciudad más segura es una, con menos o ningún espacio público y espacios cada vez más privatizados. Además con gran intromisión de los medios electrónicos. Se trata del reino de los enclaves cerrados y de las comunidades amuralladas con sofisticados sistemas de seguridad y control, que privatizan incluso las calles. Se ha llegado al cierre nocturno de sectores con exigencias de certificados de residencia para poder acceder a ellos.


Esto es lo opuesto a la ciudad  europea que soñaba la modernidad de los años veinte y treinta del siglo XX.


Pero ahora Europa también emplea comunidades cerradas y sufre la "paranoia" de la inseguridad.
La vivienda hoy, es así una preocupación cualitativa y ambiental, de modo que superemos la mediocridad urbana y visual, la clonación tipológica hasta el infinito, los programas sin espíritu, los entornos deprimentes...
La vivienda ha generado en estos primeros años del siglo XXI, un urbanismo "basura" y un empobrecimiento tipológico.
La ciudad hoy es monstruosa. La vivienda hoy, es un problema urbano, que necesita arquitectura creativa. Es un problema de  la nueva dimensión residencial de la ciudad. Como dijera algún urbanista, hoy contamos con unos derechos humanos (Declaración de 1948) y necesitamos unos derechos URBANOS, Y entonces, de la vivienda hoy, ¿Qué?.-